SEGUNDO KYOTO.
La subida
del alquiler a cuatro veces la cantidad acordada de un día para otro hizo que a
toda prisa tuviéramos que buscar otro emplazamiento, ya que nuestra economía no
daba para tanto. Solo pudimos recuperar la lona para intentar adaptarla en un
nuevo emplazamiento.
En
un piso de la Av. Suero de Quiñones,
tras tirar un tabique y unir dos habitaciones instalamos el nuevo tatami. Como el anterior,
formado por un rectángulo de madera relleno de serrin y forrado con la misma
lona.
Era
un poco mas pequeño que el anterior, pero suficiente para seguir progresando en
la técnica. Ya había aumentado el grupo de adeptos y empezamos a ofrecer varios horarios separando por
edades a los deportistas . El judo se había asentado definitivamente en León.
En el traslado
acompañaron todos los judokas del tatami anterior, añadiendo a estos uno
excepcional como fue Antonio Alonso
Régil, que posteriormente y tras finalizar sus estudios en Madrid introduciría
el Judo en Zamora.
En
este segundo tatami, se iniciaron en el grupo infantil varios niños, como los
hermanos Luis y Pedro Suárez e Isidro Costales que posteriormente serían muy
buenos judokas.
Por
aquellos años inicié clases de Judo en el Colegio Maristas San José donde
comenzó un numeroso grupo de entusiastas que mas tarde, también, serían grandes
competidores como Amable González, Hnos. Sotillos, Fernando Viñuela, Carlos
Valdés, etc.
En la misma
época inicié el Judo en el Colegio Nacional San Claudio, a la vez que
desarrollaba mi trabajo como profesor de Educación Física en el Instituto Padre
Isla y aquellos se convirtió en una locura.
Esa locura de
horarios duró dos años, comenzaba la primera clase a las 9 de la mañana, luego
al Instituto, después a un colegio, tras la comida a otro colegio, Instituto,
club, de modo que fácilmente la jornada terminaba a las 11 de la noche.
Tuve que tomar
una dolorosa decisión y dejé las clases de Gimnasia (Se decía entonces) en el
Instituto para dedicarme en cuerpo y alma al
Judo en el tercer Kyoto, pero eso vendrá otro día.
Mientras
tanto, el Presidente de la Federación
Castellana N.O.,Sr. Talavera, estaba entusiasmado en que hubiera ya dos
provincias de su Federación en que existieran
clubs de Judo, ya que hasta la fecha solo había club en Valladolid.
Fue
muy importante su apoyo como la del maestro Epi, para continuar progresando en
la práctica de nuestro deporte.
El Presidente
Talavera, con frecuencia nos invitaba tras el entrenamiento a la Cafetería
Daytona, donde un periodista amigo, tomaba nota del desarrollo de las
actividades para publicar en la prensa local. (Curiosamente la prensa de
Valladolid publicó antes que la de León las actividades del Club Kyoto).
León 12 de Junio de 2020.